
-
Recent Posts
- Vivifícame7 agosto, 2024
- ESPERANDO LO MEJOR PARA NUESTRAS VIDAS2 mayo, 2024
- TU PROCESO ES PARTE DE TU MILAGRO2 abril, 2024
- ¡Escuche la voz de Dios!6 noviembre, 2023
- Vivifícame
Hemos aprendido tres principios bíblicos:
I. La casa de Dios es un lugar de comunión.
II. Polvo somos y al polvo volveremos.
III. Nuestro Dios, es un Dios de procesos.
Hoy terminaremos esta serie con un último sermón que será de reto y bendición, pero además nos hará valorar quienes somos en Dios y cómo debemos vivir para Dios.
I. Somos creación de Dios
Reconozcan que él es Dios; él nos hizo, y somos suyos. Nosotros somos su pueblo: ¡él es nuestro pastor, y nosotros somos su rebaño!
Salmos 100:03
La Biblia es clara en establecer que Dios es nuestro creador, y al ser nuestro creador, también es nuestro dueño. Somos su propiedad en todos los sentidos. Somos su pueblo, él es nuestro pastor y nosotros somos su rebaño. Dios nos describe a través de una metáfora amorosa de un pastor cuidando con mucho a mor a su rebaño.
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Efesios 2:10
Qué manera tan elocuente de describir que no solo somos creación física de Dios, él nos hizo y no nosotros a nosotros mismo, pero también somos creación espiritual en Cristo. Es decir, somos creados en Cristo un nuevo pueblo espiritual, una nueva creación en el sacrificio de Cristo.
Vengan, adoremos e inclinémonos. Arrodillémonos delante del Señor, nuestro creador,
Salmos 95:6
La Palabra nos invita a adorar, a rendirnos a Dios, a doblar nuestras vidas ante su amor y su poder. Y la Biblia da por qué… debemos adorarlo porque él nos creó y nos formó. En este sentido, espiritualmente, pero también como nueva creación en Cristo.
Acuérdate de tu creador en los días de tu juventud, antes que lleguen los días malos y vengan los años en que digas: «No encuentro en ellos placer alguno»;
Eclesiastés 12:1
Esta narrativa nos recuerda que debemos ser entendidos y sencillos al vivir, desde nuestra juventud, como creación especial de Dios.
Tú me hiciste; me creaste. Ahora dame la sensatez de seguir tus mandatos.
Salmos 119:73
Aunado a ser creación de Dios, la Palabra nos hace saber también la dependencia que tenemos a los parámetros del Dios que nos creó.
Importante, si Dios nos creó, también él creó los parámetros de vida que nos harán exitosos, que nos darán una buena vida.
Consejos Prácticos:
1. Acéptese como es
¡Ay del que contiende con su Hacedor! ¡Ay del que no es más que un tiesto entre los tiestos de la tierra! ¿Acaso el barro le reclama al alfarero: «¡Fíjate en lo que haces! ¡Tu vasija no tiene agarraderas!»?
Isaías 45:9
Respondo: ¿Quién eres tú para pedirle cuentas a Dios? «¿Acaso le dirá la olla de barro al que la modeló: “¿Por qué me hiciste así?” »¿No tiene derecho el alfarero de hacer del mismo barro unas vasijas para usos especiales y otras para fines ordinarios?
Romanos 9:20
Si Dios es nuestro hacedor y él tiene un propósito claro para nosotros, no hay duda de que somos una creación perfecta.
Uno de los grandes problemas en todos los tiempos, en todas las sociedades y a través de las generaciones es no aceptar el diseño de Dios en nosotros. El blanco no quiere ser blanco, el negro no quiere ser negro. El gordo no quiere serlo y así cada persona desiste de aceptar lo que Dios diseñó para ellos.
Más una de las formas más sublimes de la gratitud es aceptarnos como Dios nos creó.
2. Cuídese, somos frágiles
…Ustedes… …son en mis manos como el barro en las manos del alfarero. En un momento puedo hablar de arrancar, derribar y destruir… pero si… …se arrepienten de su maldad, también yo me arrepentiré del castigo que había pensado infligirles. En otro momento puedo hablar de construir y plantar… …Pero si… …hacen lo malo ante mis ojos y no me obedece, me arrepentiré del bien que había pensado hacerles.
Jeremías 18:6-10
El barro es frágil, el barro crudo aún más frágil. Jeremías está dejándonos en claro que aún en las manos de Dios, es decir de nuestro alfarero, el barro puede deshacerse y el alfarero tendrá que iniciar de nuevo su proceso en nosotros.
Hay vasijas de mucha honra, de mucha estima, muy elegantes, pero siguen siendo frágiles.
Hay otras vasijas que son sencillas, nada pretenciosas, sin mucho atractivo, para usos más ordinarios… pero todavía son frágiles.
Sólo en las manos del Señor están seguras.
Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros.
2 Corintios 4:7
¡Aquí estamos, ¡con más fe y menos miedo!
Escríbenos
Comentarios de Facebook